sábado, 25 de octubre de 2008

Adolfo Bioy Casares. el hombre que quería vivir el triple

DESGRABACIÓN que hice de una charla de ADOLFO BIOY CASARES en La Boutique del Libro , adonde asisti y que fue publicado en el periódico de la librería , un mes antes de la muerte del escritor.


Hasta en los últimos momentos de su vida Adolfo Bioy Casares conservó el aspecto de dandy impecable que lo acompañó toda su vida. Pese a hacer hablado cuentos de veces de lo mismo çon innumerables entrevistas, supo cargar sus testimonios de humor y picardía en cada oportunidad. Cuidaba su boina con la dedicación de las personas mayores que se sienten frágiles y vulnerables. Se enjugaba de los ojos lágrimas de risa. Porque vivió riéndose del mundo, de su obra y de él mismo.Pidió que le sirvieran agua “ Porque a mí me tiemblan las manos”. Y de tanto hablar, casi no la probó. Esta es la transcripción de una charla que dio Bioy Casares en la Boutique del Libro en diciembre de 1998. “ Estoy planeando una novela y eso me hace bastante feliz. Hago mi vida de siempre: voy a almorzar al restaurante Lola porque soy una bestia de costumbre.” , dijo , sonriendo pícaro.
- ¿Cuándo se dio cuenta de que su destino era la escritura?
- A los cinco años intenté enamorar a una prima mía con un libro llamado " Iris y Margarita”, que quería plagiar las obras de una escritora francesa bastante conocida en esa época, una marquesa de no sé qué que firmaba con el nombre de Gitte. Después de eso publiqué algún otro libro y un día publiqué otro titulado " Prólogo”, que quería decir que era el prólogo de mi futura obra literaria. Tenía diez u once años, y en ese momento fue cuando sentí que era escritor. Escribí entonces una sucesión de libritos que coincidieron imparcialmente como los ocho peores libros del mundo.
- En esa época.
- ! En esa época, en ésta, y en todas las épocas!
- ¿ La escritura es un acto de seducción?
- Así la consideraba, pero me hice un destino mejor que una simple seducción, aunque a lo, mejor nada hay mejor que una seducción lograda ¿no?
- Quiero que me cuente la etapa de su vida en la que lo acosaban miedos, y esos miedos desaparecieron el día que descubrió a las mujeres y fue feliz...
- Realmente sí, es una gratitud que les debo porque marcaron un cambio en mi vida . Yo vivía aterrado, no sé por qué. Mis padres salían y yo pensaba que no volverían jamás. Tenía todas esas desdichas, y el día que miré hacia las mujeres ya no me volvió a pasar. Escribimos según nuestras experiencias de la vida, y si uno tiene experiencias de amor, estas también tienen que entrar en sus libros.
- ¿Estar enamorado es un estado que provoca la escritura?
- Sí claro.
- Pero usted había dicho que cuando está feliz tiene ganas de escribir una novela. Dicho que hay toda una mitología de escritor triturado, que no sé si es cierta.
- No, yo eso no lo pasé. Para mí, escribir es muy fácil. Yo siempre he sentido la felicidad mientras he escrito. Ya también siento la misma felicidad cuando se me ocurre una historia. Me sucede estar pensando y de golpe me quedo paralizando y pienso que estas divagaciones me están llevando a una historia. Cuando me la puedo contar a mí mismo con claridad, invito a almorzar a una amiga y se la cuento a ella. Y si le interesa la historia me siento y la escribo.
- Hicieron muy lindas historias policiales para la colección Séptimo Círculo, ¿ Cómo empezó eso?.
- Borges y yo fuimos siempre muy lectores de literatura policial. Un día dijimos: Acá no se edita ninguna colección de literatura policial. ¿por qué no lo proponemos? Fuimos a hablar a Emecé y el director nos dijo que el policial era un género menor para ellos, pero que si queríamos usáramos nuestros nombre. Dejó claro que era un género inferior para ellos, pero no para nosotros. ( Risas) Publicaron las historias con el sello Emecé en la colección El Séptimo Círculo finalmente. Y me consta que mientras otras colecciones más ambiciosas no se vendían, el Séptimo Círculo era el caballito seguro de batalla.
- ¿ Supo por qué el policial era un género menor?
- El día que nos despidieron nos dijeron que a un escritor no le convencía ganar mucho dinero, que el Séptimo Círculo producía mucho dinero y que agradecían nuestros servicios. ( Risas)
- ¿ Lo extraña a Borges?
- Pero cómo no lo voy a extrañar. Sí... Eramos muy buenos amigos y la nuestra era una amistad del pasado.
- ¿ Cómo nació esta amistad? - -
Un día Victoria Ocampo nos obligó a ir un sábado a la quinta porque había llegado un extranjero ilustre y había que hablar con él. Estábamos sentados en una especie de banco raro, así: Victoria en el centro con el extranjero ilustre a su derecha, a la izquierda de ella Borges y yo, y más allá una lámpara. Victoria de pronto se levantó y dijo: “ Voy a tener que pedir permiso para decir una mala palabra “ Y dijo: “ ¡No sean mierda, hablen con el señor!” ( Risas) Entonces desde ese momento Borges no hizo más que hablar conmigo. Y de los nervios que le dieron, tiró la lámpara y todos los pedazos rotos quedaron en el suelo.
- ¿ Es cierto que Borges decía que Victoria se parecía a un tío de él que era marino? -
- Sí, es cierto. Decía que ell marino era muy simpático ¿ no? Pero sin embargo salía a la calle con los marineros y un lazo y enlazaba a las personas que veían pasar, y se las llevaba a los barcos. Llevaba a borrachos y a algunos que no estaban borrachos iban pataleando. ( Risas) Él decía que se parecía a una Victoria... un poco más viril.
- ¿ Cómo fue la relación suya con Victoria? -
- Fue buena, pero ella tenía una forrma de ser muy especial. Por ejemplo, una vez estando en Estados Unidos yo me fui a comprar un short. Victoria nos invitó a almorzar con otros intelectuales a la una del mediodía. Yo llegué a la una y veinte y Victoria me hizo sufrir bastante, porque me retó diciendo “ Andate a la miércoles “ y otras palabras más importantes. Tenía esa característica.
- ¿Cómo eran sus encuentros con Borges?
- Borges venía a comer a casa todas las noches y, supongamos, inventábamos una historia. Entonces Borges decía “ Por una vez vamos a ser razonables. Vamos a dedicar tres noches a conversar la historia y a madurarla “.Cuando acabábamos de comer, decía “ Bueno, basta de pavadas, vamos a escribir” Nos poníamos a escribir y al que se le ocurría la primera frase, la proponía. Quiero decir que nada en la vida puede ser más agradable que tener una colaboración con un amigo que uno quiere, si no se interpone la vanidad, si uno está dispuesto a reconocer que la frase que uno acaba de proponer no es muy buena, y aceptar lo que propone el otro. Es un ejercicio que no permite la vanidad. . - ¿- ¿ Y cómo era la mecánica de la escritura?
- Me confesó Borges algo que yo ya sentía: qué difícil era escribir solo. Porque cuando uno llega a una parte difícil, para el otro puede no serlo, y se escribe de manera mucho más fluida.
- ¿ Se divertían juntos?
- Nos divertíamos y nos reíamos tanto que Silvia, que estaba en la habitación de al lado y oía nuestras carcajadas, nos decía que no fuéramos idiotas. Borges tenía un gran sentido del humor.
-¿El humor es necesario en la literatura?
- Acá hay muchas mujeres y a mí me da miedo decir esto: muchas mujeres me dijeron que el humorismo aleja al lector del tema, que el lector lo ve como un tema externo, no como una realidad. He tratado de descartar el humor, pero recaigo en él. El humor es para mí como una modestia, como decir: “ No crean que es tan grave, tan importante lo que estoy diciendo. Esto se puede leer con una sonrisa”. Con el humor le quito solemnidad a la escritura.
- ¿ Los años restan solemnidad?
- Yo creo que tengo muchos años porque me lo dicen. Estaría dispuesto a vivir el doble y el triple, ¿ por qué tan pocos? Los años debieran dar visión más clara de las cosas, pero también traen boberías. No niego que a veces los viejos son bobos. -¿ Cómo nació Bustos Domecq?
-Miguel Casares era un tío mío que me encargó que escribiera un folleto comercial sobre leche cuajada y yogur. Como pagaban 16 pesos cada página, lo que estaba bastante bien, le propuse a Borges que nos fuéramos al campo a escribir ese texto. Hacía mucho frío, estábamos junto a la estufa tomando cacao, una taza tras otra, aburridísimos con el yogur y la cuajada. Entonces hablamos de escribir juntos una novela o cuento, y decidimos que lo íbamos a hacer. Pero como todo no pasa así en la vida, tres años después todavía no habíamos iniciado esa colaboración. Entonces un día que había ido a almorzar a la casa de Borges y me dice:“¿Qué te parece si empezamos escribir un cuento?”, Resolvimos hacerlo y fue el primer cuento de Bustos Domecq. Lo llamamos Seis problemas para Don Isidro Parodi y poco a poco nos fuimos degenerando, porque al principio teníamos un tejido bastante riguroso: contábamos historias que planeaban claramente las situaciones y después claramente las resolvíamos, en cambio, después nos dejamos llevar por el mogolismo, hacíamos bromas con todo y de pronto Borges me decía “Bueno, ¿y ahora qué hacemos con este personaje?¿Cómo resolvemos esta situación?” ” Usted dijo una vez que el encanto en una narración está en la construcción del personaje.¿ Esto es así?
- Sí, hubo un peluquero que se convirtió por eso en huésped de la Penitenciaría, era un detective sin salir de la celda donde estaba preso y por eso resolvía problemas. Se llamaba Isidro Parodi y el primer libros se llamo Seis Problemas para Don Isidro Parodi. Era en realidad un peluquero de la Avenida Quintana que por casualidad compartíamos Borges y yo. El personaje existió y tenía una peluquería en avenida Quintana entre Rodríguez Peña y Callao.
- ¿ Qué le llamó la atención de este peluquero para convertirlo en un personaje de ficción? Tenía un tono de sapiencia, de ser un sabio.Por eso lo convertimos en nuestro director detective.
- En la experiencia de su vida ¿ aparecen primero situaciones o personajes?
- .Yo creo que los cuentistas inventamos situaciones y tenemos que buscar los personajes. Y los novelistas tienen personajes pero les cuesta encontrar las situaciones. Por eso, yo creo que aunque escriba novelas soy una especie de cuentista. El cuentista tiene primero la historia.
-¿Dónde se siente más cómodo? ¿ En el cuento o en la novela?
- Comentaba con Borges que cuando se hace una historia creo que la primera página es la más difícil. He dicho que tenemos que aprender a escribir cada libros que escribimos, porque el principio apenas logramos a escribir y llegamos al final de la primera página, la segunda es refácil , la tercera es fácil, la cuarta es fácil y así se sigue.
- ¿ Usted ha notado si con la edad disminuye la capacidad creadora o no?
- Hasta ahora, quiero creer que no. Todo es posible. No me voy a engañar.¿ ¿Cómo fue escribir con Silvina Ocampo? -
- Muy bien. Escribía muy bien Fue unna temporada en Mar del Plata que alargamos hasta mayo. Fue bueno escribir la novela “ Los que aman odian”, la única que hicimos juntos. Y nos hemos preguntado tanto ella como yo porqué no hemos escrito otro libro.
- ¿ Por qué no lo hicieron? -
-No sé.
- ¿ Intentó alguna vez la poesía?
- Sí. Hay un libro mío que se llama Guirnaldas con amores, en el que entre un cuento y otro suele haber un poema. Nada me gustó más que escribir estos poemas. Voy a decir una frase que puede parecer petulante pero que no quiere parecer petulante. Ejercí la literatura de un modo más intenso. Ahora, las cosas no me proponen poesías sino cuentos y novelas. - ¿ La poesía es el grado más intenso de la literatura?
- Para mí, sí: uno está apegado intensamente a la creación de ése texto breve.
- ¿ Puede ser que haya una más exposición de uno en los poemas?
- No, no es como una exposición de uno. Es como un sentimiento intenso que uno puede sentir pero que no es su personalidad, no se confunde con su personalidad.
- ¿La poesía es cuando uno es adolescente se inicia en la poesía?
- No, yo empecé con cuentos y novelas y mucho después, cuando yo tenía cuarenta años escribí esas poesías de Guirnaldas con amores. Me gustaría tener otra vez una necesidad así de escribirlas.
- ¿ Cómo trabaja? ¿ Tiene un sistema para hacerlo, es ordenado?
- Sí. Si estoy solo escribo a la mañana, y si tengo ganas escribo también a la tarde. Ahora generalmente tengo entrevistas con el periodismo y escribo cuando me voy a Europa.
- Ya que menciona Europa ¿ Qué le aportaron los viajes?
- Muchas tardes sin interrupción para poder escribir.
- ¿Es cierto que a veces en el cuarto de un hotel escribió más cómodo?
- Pero cómo no, al cuarto de un hotel le debo buenas novelas, comparadas con mi posibilidad de escribir.
- Es curioso que los viajes le ocuparan un espacio para escribir. ¿ Los viajes no le interesaban?
- Había muchas cosas que me interesaban, pero digo que uno es muy egoísta cuando escribe y piensa que lo más importante es lo que está escribiendo. Si concluía algo, leía algún pasaje... Tengo buenos recuerdos de Europa. Pero lo primero siempre es la literatura. Lo primero va a ser la escritura cuando me vaya a Europa. Tengo una invitación para Leipzig en marzo, para Venecia en abril. Para partís entre esas dos y después me voy a un lugar que se llama Caen sur Mer donde me voy a alquilar un departamento y donde espero a escribir una novela que estoy empezando. Ya tengo los personajes, la historia, todo, y ha sido muy satisfactorio el descubrimiento.
- ¿ Nos cuenta algo?
- . Les cuento cómo es el comienzo: hay dos amigos, dos señores que inventan un sketch para hacer juntos y lo hacen delante de amigos de ellos, tienen un humorismo de un estilo que a los otros los hacen muchos felices y les dicen que lo tienen que hacer en público. Entonces lo hacen en el Tabarís y tienen mucho éxito, Después con el tiempo uno y otro se casan y tienen hijos y quieren que la amistad que tenían entre ellos siga en los hijos, y ahí empiezan las discordias, un hijo se va, el otro lo persigue, y ahí sigue.
- Ahora que nombró el Tabarís, yo le voy a pedir que me cuente la historia tan linda que vivió con esa bataclana ,¿Cómo se llamaba? -
- Sí: Haydeé Bozán Yo estaba perdidamente enamorado de Haydeé Bozán. Un día que yo me quedé mirando la vidriera de una juguetería, el portero me dijo “ Tenés diez años, ya sos un hombre, ya no te interesan más los juguetes: te interesan las mujeres.” Entonces la llamé por teléfono a Haydee Bozán y me citó para la salida de los artistas en el teatro. El portero me prestó sus pantalones largos y vi la cara de ella con sorpresa y con disgusto: esperaba a un hombre y se encontraba con un chico. La llevé a su casa y después yo llamaba y me decían: “ La señorita Haydeé no está”, hasta que un día la pesqué y estaba tan emocionado que hablaba con la boca abierta. Por esa ella me vio me dijo: “ Vocabulice, m’hijito, vocabulice “, y ahí comprendí que no había nada que hacer.
- ¿ Por qué no cuenta también lo que pasó, en estos gustos que tenía por las mujeres, con Martita, la vecina?
- Enfrente de casa había un conventillo y la menor de las Siete Razones, porque así llamaban a las siete hermanas, me hizo así ( seña de acercarse) con el dedo y me llevó a la esquina. La aburrí tanto que nunca más me quiso ver, pero me presentó a Martita, que parecía más animada. La llevé al campo a Martita y a una amiga de ella. Y mi profesor de box que se llamaba Duilio Bok , y le enseñó a manejar, se ponía nervioso y en vez de frenar aceleraba a y iba a una velocidad impresionante. Y apareció Martita, y cuando yo la quería más mía se hizo amiga de otra mujer y se desapareció en un Cadillac con un capot plateado enorme. Y se acabó la vida.
- ¿ Qué papel ocupa en su vida y su obra el amor y la muerte? - No tenemos nada que hacer, el amor es el tema central y la muerte es un a cosa inaceptable, porque la vida nos da una sensación de que es para siempre, y resignarse a no ver la luz del día siguiente me parece una cosa casi imposible.
- Pero su obra está más centrada en el tema del amor.
- Claro
- ¿ Y le ha preocupado el tema de la muerte?
- Claro que me preocupa: _ es inaceptable.
- ¿ Cuál de todas las obras suyas le parece la más lograda y por qué?
- Mis amigos más inteligentes dicen que El sueño de los héroes es el mejor libro mío. Yo prefiero Dormir al sol porque es un libro desprovisto de tragedia, de dolor Yo tengo la mente pesimista pero tengo un temperamento optimista que hace que me guste vivir. Por eso, me parece más fiel a mí Dormir al sol que el Sueño de los héroes o La invención de Morel que son historias donde la muerte está presente. - Es interesantísimo eso que usted dice de la mente pesimismo y del temperamento optimista. - Bueno, mi mente me dice “ No hay nada de qué estar contento ni de qué estar seguro porque la vida es Purísima. Morirán las personas que uno quiere y moriremos nosotros también “. Pero mi temperamento me dice que eso no importa tanto porque a cada minuto lo vivo con un optimismo especial. -
-¿ Y cómo era Borges en cuantto a optimismo y pesimismo? - Era mucho más pesimista que yo, de mente y de temperamento. ¿ Y eso influencia la obra? -
- No, los escritores hacemos morir a los peersonajes para dar un golpe trágico. Por eso somos unos grandísimos sinvergüenzas.
-Cuando usted contó el cuento de la bataclana me hizo acordar a la historia de Pedro Mairal, el ganador del Premio Clarín, del cual usted fue uno de los jurados. Es una historia parecida a la suya. - - Es más feliz la de él. Me pasó esto: lo empecé a leer a la mañana y acabé de leerlo a las nueve de la noche. Me parece que con esto está todo dicho. Me pareció muy lindo libro, muy superior a los otros. Me pasó algo raro: noté que había varios autores que escribían muy bien, pero que contaban historias absurdas en las que uno no podía creer. Me tocó un jurado que tenía 700 textos para revisar. Yo tuve solamente diez porque fui el segundo jurado. Pero algunos mandaban una novela en tres tomos con todo un argumento en el que uno se perdía. No sé... no me pareció nada inteligente que una persona que entra en un concurso mandara esos libros que iban a ser leídos por un jurado y después por la gente, en general.
- ¿ Qué valor tiene un concurso, un premio, o premios?
- Bueno, yo hablo por mi experiencia. Creo que los premios pueden cambiarle la vida a uno. Yo me he dado cuneta de que después de ganar el premio Cervantes la gente me tomaba la mano ( se aferra el brazo) y no me soltaban y me expresaban su afecto de todas maneras. Eso en España, donde la gente no me conoce porque no soy español, y después en la Argentina. Así que yo sentía que era más querido por la gente, y esa es una muy buena sensación.
- Pero pensaba en la subjetividad de los jurados, donde queda que un premio es aquello que a Bioy Casares lo hizo leer un libro de un tirón, que me parece un criterio maravilloso, pero finalmente es la subjetividad.
- Sí, pero bueno la subjetividad de un individuo que ha escrito toda la vida y se pide que se considere un poco lo técnico. -
- Pero a usted le ha ocurrido de entrar a uun concurso y tener la esperanza de ganar plata y obtener reconocimiento.
- Mire no tenía la más mínima idea de que iba a ganar el premio Cervantes. Fue para mí un salto o una cosa nueva. Yo estaba en España por primera vez y me hizo mucho bien.
- ¿ Qué opinión le merecen las novelas de las nuevas corrientes?
- De las nuevas corrientes se pueden marcar 4 o 5 autores que estoy de acuerdo en que están generando un género muy lindo
- ¿ Cuáles serían esos autores?
- Me pone en un aprieto... ¿ Cómo se llama el famoso? García Marques por ejemplo, es una persona muy inteligente, que escribe muy bien. Yo lo conocí en un viaje que hice a México y me hice muy amigo de él. Comíamos juntos casi todas las noches él con su señora y yo con ellos. Es una persona muy inteligente, y hay tres o cuatro escritores así, muy buenos. Y tres o cuatro escritores hacen una edad de oro. - ¿ Qué significó San Isidro para usted? ¿Andaba mucho por la casa de Victoria, andaba por el barrio?
- Tuve una novia que vivía acá en San Isidro todas las noches la traía a eso de las nueve y quería llegar a casa a las nueve y media, así que el camino de Buenos Aires a San Isidro lo hacía a 140 kilómetros por hora.
- ¿ De la casa de Victoria y demás, que recuerdos tiene?
- Algunas personas me han dejado un buen recuerdo. En general he ido como obligado y he conocido buenas personas, gente muy inteligentes y muy bien, y otros más tontos. ( Risas)
- ¿ En qué consistían esos recuerdos con esas celebridades que usted decía?
- Bueno, se estaba en el jardín, se iba al bajo de San Isidro y después estábamos en la casa. Todo previsible y evitable.
- ¿ Sería posible para un escritor escribir por encargo?
- No me parece mal, pero me parece que va a salir mejor, desde luego, algo que siente, algo que le haga sentir la necesidad de escribir ¿ No? Y le cuento otra historia de Victoria en Nueva York. Fuimos a NYC y ahí estaba Victoria. Del Puerto a la ciudad había un viaje de casi una hora. Entonces un señor negro nos ofreció su muy espléndido. Subimos Victoria, Silvia y yo, y de pronto Victoria dijo su palabra predilecta: “ No sean mierda, hablen con el señor que es inteligente “ Tratamos de hablar y de pronto vino otro coche a alta velocidad y tocó nuestro coche todo a lo largo. Bajó nuestro chofer y se quedó hablando con el negro que manejaba el otro coche, y Victoria se puso a decir de pronto: “¡Negros de mierda!” - ¿ Qué es lo que tiene en cuenta al plantear una historia en cuento o novela?
- Puede haber tiempos distintos pero también hay que evitar que el lector se aburra. Parece una cosa frívola, pero la verdad es que si el lector se aburre, el libro se cierra y se acabó. -
- García Márquez dice que estta bendita manía de contar se le transmitió su abuela, contando. ¿Y usted de dónde encontró estar bendita manía de contar?
- Escribiendo, nomás. García Marques me dijo que cuando leyó La Invención de Moral fue uno de los libros que lo animaron a escribir. Mis padres eran muy lectores. Leían sobre todo literatura francesa y mi madre, como yo le hablaba de libros ingleses, ella aprendió el inglés para leer y leía los primeros libros ingleses con diccionario al lado y apuntaba las palabras con el significado. Después ya leía con comodidad libros ingleses y americanos.
- De todos modos, la decisión de ser escritor era pelear contra de lo esperado por su familia.
- Mi padre era abogado, y cuando abandoné la carrera en tercer año de derecho tuve un pequeño drama en la casa. Y después cuando estudié Filosofía y Letras me sentí más lejos: era filosofía, y letras en ninguna parte, entonces también dejé eso, me fui al campo y ahí empecé a escribir. Pero tuve suerte. Tuve un buen ojo para encontrar un socio. Era un muchacho que ganaba un sueldo de 25$ mensuales, me pareció muy inteligente. Fue mi socio, y gracias a eso mi paso por el campo ese año no fue un desastre sino todo lo contrario. Yo recibí 2100 hectáreas y entregué después de años 3500 hectáreas, así que compré todas esas hectáreas con los que daba el campo, y debo reconocer que es un campo maula. No es un campo como los de Arrecifes o Pergamino. Es un campo de cría y nada más. -
- ¿Porqué usó el nombre de Domecq Pujata?
- Porque buscamos un nombre verdaderamente feo, hurgando en un mapa vimos “ Pujata” y dijimos “ Bueno, sí, parece bueno”. -( Señora del público) En el último libro de Sábado -“ Antes del fin”-- Sábato expresa una preocupación: ¿ Cuál es el estado del mundo que le estamos entregando a las nuevas generaciones, que los jóvenes ya no se arriesgan a ser padres? Esto a mí me conmovió, mucho. No sé qué opina usted.
- Sábato siempre ha sido un hombre muy pesimista. Hay que atribuirle un poco la frase a ese pesimismo, que es permanente. Yo lo conocí a Sábato mucho antes de que Borges lo conociera y somos amigos. No digo esto contra él: su mente fácilmente se deja llevar por impulsos pesimistas.
- ¿ Entonces usted cree en el progreso y cree que estamos mejor?
- En cuanto al progreso, creo que no tengo la menor duda. - ¿Qué cosas le siguen produciendo odio, indignación o vergüenza?
- A veces los gobernantes espantosos que hay esparcidos por todo el mundo. Esto es algo muy desagradable, y no se olvide que yo he vivido en la época de Hitler y Mussolini, que además parecían incontenibles...Parecía que iban a quedarse con el mundo.
- Qué cosa curiosa que tiene los tiranos contra los libros, que les resultan tan odiosos y tan peligrosos, porque ahí estaba su enemigo.
- Claro :el libro.
- ( Señora del público) Usted sabe que es muy querido y muy leído por las mujeres.
- No lo sé del todo, pero quiero oírlo seguido.
- Eso tiene que ver con su sentido del humor. No sé qué mujeres le dijeron que el humor aleja.
- Muchas gracias.
- Encontré un texto de García Márquez que dice que “ para mí, la estirpe de los cuenteros, esos venerables ancianos que recitan aventuras de Las Mil y Una Noches, esta estirpe es la única que no está condenada a sufrir cien años de soledad.” Muchísimas gracias. - Muchísimas gracias.

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