He aqui una nota del autor fallecido en 2005, publicada en http://www.cartadecuba.org/, uno de sus ultimos textos .
Los Fumadores de Picasso
El arte moderno nació del humo de un puro. Contaba Picasso que cuando él nació no respiraba ni daba ninguna señal de vida. Su abuelo, que fumaba puros, se acercó a la cuna para revivir al bebé dándole un auxilio de boca a boca; pero lo que recibió el bebé fue una bocanada de humo del puro. Su reacción fue inmediata y así vino a la vida. ¨Debo mi vida a un puro¨, solía decir Picasso. Y sin Picasso, ya se sabe, no habría arte moderno.
Picasso vino a vivir a París en 1904 y los Gitanes no comenzaron a fabricarse hasta 1910. ¿Qué cigarrillos fumaría Picasso en el interín?
Pero Picasso nunca fumó puros y sí innumerables cigarrillos Gitanes, redondos, de tabaco negro, con papel blanco. Aparece en las fotografías siempre con un cigarrillo en la mano o en la boca, entre los dedos, ubicuo: se trata de un buen fumador de cigarrillos. Los Gitanes son los cigarrillos de la Intelligentsia francesa. Sartre los fumaba, aunque también fumaba en pipa. Camus aparece en las fotos como un actor que imita a Humphrey Bogart. La manera de fumar de Picasso no lo presenta como un fumador en cadena, aunque sí como un habitué que fuma con avidez. Entonces los cigarrillos estaban en todas partes –en el cine, en el teatro, en la vida- no eran, como ahora, objetos fatales prohibidos por los politically correct. Picasso fumaba hasta hacer colillas de un cigarrillo que sostenía en sus dedos casi hasta quemarse. Apagaba las colillas en el suelo pisándolas, pero nunca tiraba las cajetillas. Cuando murió se encontró en su estudio pirámides de cajetillas vacías atadas con una cuerda. La bellísima cajetilla de Gitanes, con su bailarina española inspirada en Carmen.
En sus cuadros de entonces siempre aparecía la pipa: a veces larga, como pipas de alfarería holandesa, otras era una pipa corta. Pero hay un retrato notable de un torero que fuma un puro.
Picasso trata siempre de reconquistar la sonrisa, aunque esta vez no sólo es la sonrisa de las modelos, sino la sonrisa del espectador: Con Picasso se puede decir que el humor llegó a la pintura. Un cuadro de los inicios del cubismo analítico es un homenaje al hombre que fuma y se titula Joven de Pipa, y desafía toda contemplación.
La risa lo impide. Picasso devolvió la risa a la pintura cuando recobró la tradición Goya-Daummier-Toulose Lautrec. Alejó así las pretensiones serias (se dice científicas, de los impresionistas y aún más las de los postimpresionistas como Seurat) y dio paso al humor decorativo de Matisse tanto como a la risa absurda de Klee y a la sonrisa aséptica de Mondrian. Por eso, el escultor Jean Arp puede decir a la vista del arte actual: ¨Donde el arte entra, la melancolía se aleja, arrastrando con ella valijas de negros suspiros¨. Pero donde impera la sonrisa es en la serie de Picasso Los Fumadores.
Pero hay un Picasso dramático en otras telas de la época y un Picasso muy grave en los años de la Segunda Guerra Mundial. Con un antecedente trágico, su gran mural de Guernica, que se puede equiparar al Goya de Los Desastres de la Guerra. Los Fumadores son de las estampas más logradas de Picasso.
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